La célula animal y sus partes
Los perros, los lobos, las moscas, el ser humano, es decir, todos los animales del medio están constituidos por células. La célula animal cuentan con membrana celular, núcleo, citoplasma y algunos organelos, pero no tienen cloroplastos que les permitan elaborar su alimento. Por esta razón, son organismos heterótrofos.
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Además, no poseen estructuras de almacenamiento como los leucoplastos, ni una gran cantidad de vacuolas; carecen de pared celular, lo cual hace que sean menos rígidas y adopten diferentes formas. La célula de los animal cumplen diversas funciones dentro del organismo.
Estructura de una célula animal
La célula animal tiene formas muy diversas, debido a que no tienen pared celular. Presentan únicamente membrana plasmática que la separa del medio. Sus vacuolas son pequeñas y pueden almacenar nutrientes o sustancias de desecho.
Tiene centriolos y durante la división celular el citoplasma se distribuye por estrangulamiento de la membrana celular. No posee cloroplastos, por lo tanto, no elabora su propio alimento; en cambio presenta lisosomas que digieren los nutrientes.
Esta célula presenta también un citoesqueleto, que es una estructura de proteínas que interviene en los procesos de tráfico, transporte y división celular en el citoplasma. El citoesqueleto es visible en representaciones más ampliadas del citoplasma.
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Podemos establecer una clasificación de esta célula según sus funciones y tipo de tejidos y órganos biológicos que suelen constituir al agruparse entre sí.
¿De dónde provienen las células eucariontes?
Los linajes de eucariontes, bacterias y de arqueas divergieron unos de otros en etapas evolutivas muy tempranas de la vida en la Tierra.
Se considera que algún tiempo después, las células eucariontes adquirieron mitocondrias; aún más adelante, un subgrupo de eucariontes adquirió cloroplastos.
Las mitocondrias son esencialmente las mismas en vegetales, animales y hongos, y por lo tanto, se presume que fueron adquiridas antes de la divergencia de los linajes.