Antes de 1914, ninguna guerra europea, y probablemente ninguna en el mundo, habían alcanzado los niveles de desolación, muerte y destrucción material que tuvo la Primera Guerra Mundial.
Origen de la primera guerra mundial
Esta fue una guerra donde se involucraron todos los esfuerzos de los Estados-Nación con la finalidad de alcanzar la victoria total
Por tal razón, sus contemporáneos la denominaron la “Gran Guerra” o la “Guerra entre Guerras”.
En ella participaron todas las grandes potencias y la mayoría de los Estados europeos, con excepción de España, los Países Bajos, los tres países escandinavos y Suiza.
Además, desde las colonias se enviaron tropas para reforzar los ejércitos de las metrópolis.
Así, aunque las principales operaciones se llevaron a cabo en Europa, se movilizaron fuerzas militares desde distintos rincones del mundo.
De nada sirvieron los esfuerzos de pacifistas y de algunos sectores del socialismo, que veían en la guerra una confrontación entre burgueses, ajena a los intereses de los trabajadores.
Esta guerra obligó a movilizar gran cantidad de recursos económicos, y la prolongación del conflicto llevó a los gobiernos a improvisar la fabricación, en gran escala, de armamentos y material de guerra, y a preocuparse de las necesidades de la población civil.
Así, los Estados comenzaron a participar de manera directa en la actividad económica, en un grado hasta entonces desconocido.
En una guerra que se extendió por cinco años, fue necesario exacerbar el patriotismo de la población para que los civiles se enrolaran y aceptaran estoicamente la destrucción de sus casas y el racionamiento de alimentos.
En este contexto internacional, la guerra era prácticamente inevitable, todo apuntaba hacia ella: carrera armamentista, alianzas, propaganda descalificadora y nacionalismos exacerbados.
Solo faltaba un detonante, un acontecimiento que actuara como factor desencadenador. Ese resulto ser el Atentado de Sarajevo, el asesinato del príncipe heredero de la corona austrohúngara, Francisco Fernando, el 28 de junio de 1914.
Las alianzas en la primera guerra mundial
Las reacciones no se hicieron esperar y la cadena de alianzas y compromisos comenzó a operar rápidamente.
Se culpó a Serbia de estar detrás del atentado, lo que provocó la declaración de guerra de Austria-Hungría a dicha nación balcánica el 28 de julio de 1914, un mes después del magnicidio del archiduque.
A partir de allí, las alianzas comenzaron a funcionar tal como estaban acordadas y pre-establecidas.
Una vez comenzada la guerra, las coaliciones se modificaron, Italia abandonó su pacto con las potencias de la Alianza y se unió a la Entente 23 de mayo de 1915 ya que tenía problemas limítrofes con Austria-Hungría.
Por otro lado, a la Triple Alianza, se unieron el imperio Turco y Bulgaria.
Características de la primera guerra mundial
La Primera Guerra se caracterizó por su magnitud y extensión.
- Todos los bandos pensaban en una guerra corta y decisiva, pero la realidad fue otra;
- No solo abarcó cuatro largos años, sino que se extendió más allá de las fronteras europeas, con características de guerra mundial, principalmente por la incorporación de Estados Unidos al conflicto bélico y porque las metrópolis europeas arrastraron a sus colonias a la guerra.
La duración y características del evento, obligó a los países participantes a desarrollar la industria a gran escala para abastecer a las tropas, fabricar municiones y pertrechos de guerra.
Así, los Estados comenzaron a intervenir en la actividad económica y planificar la producción y distribución de recursos, tanto para la guerra, como para el abastecimiento de la población civil.
Fases de la Primera Guerra Mundial
La Primera Guerra Mundial presenta dos fases sucesivas:
La guerra de movimientos (entre agosto de 1914 y marzo de 1917)
Los estrategas creían que la guerra sería breve: el plan alemán, intentaba evitar la lucha simultánea en dos frentes.
Consistía en derrotar a Francia en el frente occidental antes de enfrentarse en el oriental a Rusia, de quien se esperaba una movilización más lenta.
Los alemanes atacaron el 4 de agosto de 1914 por sorpresa atravesando un país neutral, Bélgica, y llegaron cerca de París.
Pero el contraataque francés y la intervención británica paralizaron su avance en el Marne el 5 y el 12 de septiembre de 1914. Además, los rusos reaccionaron antes de lo previsto.
Pese a las victorias alemanas en el frente oriental, la situación en otoño de 1914 era de estancamiento.
La guerra de posiciones (1915-1917)
Ambos bandos intentaron romper el equilibrio a su favor incorporando nuevos contendientes y abriendo nuevos frentes:
- Del lado de las potencias centrales, entraron el Imperio otomano En Oriente, los británicos fracasaron en su intento de ocupar los Estrechos de Bósforo y Dardanelos, mientras los rusos atacaban desde el Cáucaso. Más éxito tuvieron los aliados en alentar la rebelión árabe contra los turcos. En el Imperio otomano, la persecución de las minorías cristianas que simpatizaban con los aliados desembocó en el genocidio armenio de más de un millón y medio de civiles. El 14 de octubre de 1915, Bulgaria entró en la guerra del lado de las potencias centrales en un momento en que parecía que el curso de la guerra favorecía a Alemania y Austria.
- En el bando aliado, las principales incorporaciones fueron las de Italia y Rumanía.
A pesar del inmenso costo humano, los nuevos frentes no consiguieron aliviar la tensión sobre el occidental.
En este frente, y pese al empleo de nuevas armas, las ofensivas apenas lograban avanzar unos kilómetros, o metros, realizando masacres sin precedentes, como las de Verdún del 21 de febrero de 1916 fue una de las batallas más sangrientas del conflicto.
Dado lo igualado de las fuerzas, parecía claro que vencería aquel que resistiera más.
La guerra entró en una fase de desgaste: cada bando bombardeaba las trincheras enemigas con todos los medios disponibles, mientras se asfixiaba económicamente al rival.
Alemania dificultaba el abastecimiento marítimo de los aliados, atacando incluso a los barcos neutrales: la guerra submarina se convirtió en la clave del conflicto
La salida de Rusia y la entrada de EEUU
El equilibrio, conseguido a tan alto costo, empezó a tambalearse en 1917 debido a dos acontecimientos de consecuencias decisivas, pero de signo contrario:
- La Revolución rusa (1917), producto de la Revolución Bolchevique, Rusia se retiró del conflicto bélico, esto benefició a las potencias centrales.
- Estados Unidos declaró la guerra a Alemania, como respuesta al hundimiento del barco de pasajeros británico Lusitania, por parte de un submarino alemán el 7 de mayo de 1915, lo cual provocó la entrada de Estados Unidos a la Guerra. Aunque el aporte militar fue limitado, su potencia económica revitalizó a los exhaustos beligerantes aliados.
Una guerra de la era industrial
Los gases venenosos se emplearon por primera vez en la guerra el 23 de abril de 1915.
Un cálculo moderado hace suponer que entre 1915 y 1918 se liberaron 125 000 toneladas de compuestos tóxicos distintos, provocando 1 300 000 bajas, entre ellas, más de 90 000 muertos.
Los productos químicos más empleados fueron el cloro, el fosgeno (un gas asfixiante y casi siempre letal), el gas mostaza (un compuesto que causa graves quemaduras y un insostenible dolor) y los gases lacrimógenos (que causan lagrimeo, irritación y ceguera temporal).
Se trató también de una guerra de la era industrial, porque se utilizaron medios de transporte que simbolizaron el desarrollo tecnológico de la Revolución Industrial.
Entre 1914 y 1918, el ferrocarril y el automóvil transportaron a millones de hombres desde las ciudades a los frentes de combate con una velocidad y eficiencia nunca vistas.
Pero estas dos características también se aplicaron a la brutalidad con que los soldados eran abatidos en combate. Hoy es un hecho conocido que los altos mandos militares de los países involucrados tenían claro conocimiento del poder destructivo de las nuevas armas.
Las habían visto en acción durante la guerra ruso-japonesa de 1905, la cual sirvió como laboratorio de las nuevas tecnologías de la época.
El final de la Primera Guerra Mundial
La guerra terminó de una manera tan sorpresiva como había comenzado. Rusia había abandonado la guerra producto de una revolución interna, en octubre de 1917.
Alemania se vio favorecida por ello y concentró sus fuerzas en el frente occidental, sin embargo, no logró avanzar de manera significativa, producto principalmente de la entrada de Estados Unidos a la guerra, lo que debilitó sus fuerzas.
Si bien Alemania nunca fue invadida, su población civil confiaba en una posible victoria o al menos en un arreglo de paz conveniente.
El 11 de noviembre de 1918, Francia, Inglaterra y Estados Unidos habían decidido firmar un armisticio con Alemania, basados en los 14 puntos de la propuesta del presidente de EE. UU., Thomas W. Wilson. Así, se puso fin a la guerra en una suerte de empate sin vencedores.
La gran mayoría del ejército germano siguió convencido de que la guerra no la habían perdido en el campo de batalla, sino en la política.
Alemania, económicamente exhausta, había resultado intacta en su capacidad industrial así como en su integridad territorial, salvo por la pérdida de Alsacia y Lorena, y debió aceptar la derrota y las condiciones de paz impuestas por los vencedores mediante el Tratado de Versalles (1919).
Unos pocos años después, un exsoldado de nombre Adolf Hitler, quien combatió durante la guerra, aprovecharía este resentimiento para crear el partido nazi y supuestamente devolver a Alemania su grandeza perdida.
El mundo que surge después de la Guerra
El mundo que surge después de la Guerra es, literalmente, otro:
- Desintegración de los Imperios Centrales, surgimiento de nuevos países como Yugoslavia y Checoslovaquia, una Europa desolada y arruinada,
- El fin del aislacionismo norteamericano y
- La existencia del primer Estado socialista de la historia: la Unión Soviética.
Consecuencias la Primera Guerra Mundial
Sin embargo, el impacto de la Primera Guerra Mundial fue mucho más profundo en sus aspectos globales.
Fue una expresión del proceso conocido como “Universalización de Occidente”, proceso iniciado con la expansión europea del siglo XVI e intensificado a lo largo del siglo XIX.
Esta expansión se expresaba en el hecho de que los acontecimientos que se desarrollaban en los centros clave del sistema económico –en este caso, Europa– repercutían profundamente en regiones lejanas vinculadas a esos centros de poder, por ejemplo, las colonias europeas en Asia y África.
Así, la Primera Guerra Mundial, y posteriormente la Segunda, tanto en su desarrollo como en sus consecuencias, fueron producto de esa nueva realidad.
Durante la Primera Guerra Mundial, la totalidad de la sociedad europea fue movilizada; nadie quedó fuera de la conflagración.
De una u otra manera, mujeres, niños y ancianos –la población civil en toda su dimensión– se hizo partícipe de las problemáticas, desafíos, transformaciones y dolores que conllevó el estallido y desarrollo del conflicto.
Con las mujeres se contaba para animar al reclutamiento, curar a los heridos, trabajar en el campo o en las fábricas.
Aquello transformó su condición, posibilitando su incorporación al mundo laboral extra-doméstico. Este nuevo estatus favoreció la labor de los grupos sufragistas, que buscaban obtener el derecho de las mujeres a votar en las elecciones presidenciales y parlamentarias.
El balance económico de la guerra fue desastroso. Las zonas de combate, especialmente el norte de Francia, fueron devastadas.
Los gastos bélicos llevaron al endeudamiento de todos los países, con excepción de Estados Unidos, que se transformó en el gran prestamista de los países europeos, lo cual fortaleció su posterior papel hegemónico en la economía mundial.
GRACIAS PROFESOR
Dé nada
No olvides seguir en el blog
es muy interesante
Muy buen material. Gracias por compartir.