LA “VIOLENCIA” BIPARTIDISTA

LA “VIOLENCIA” BIPARTIDISTA

A partir de la definición de violencia, se puede analizar muchas situaciones de la vida cotidiana, pero ¿desde cuándo se habla de la violencia bipartidista en Colombia?

En Colombia se denomina “Violencia” al periodo histórico entre 1946 y 1965, en el cual se enfrentaron los dos partidos políticos tradicionales: Liberal y Conservador.
No hay que olvidar que previo a esto, la sociedad colombiana estaba viviendo una gran agitación por las reformas liberales impulsadas por Alfonso López que había legalizado los sindicatos, había impulsado la reforma agraria al igual que la libertad de culto y de enseñanza.
Estas reformas tenían conmocionados a los conservadores a la iglesia y a los terratenientes, pues veían afectados sus intereses.

Con la llegada de los conservadores de nuevo al poder en 1946, por medio de la presidencia de Ospina Pérez, la sociedad agudiza estas tensiones y da paso al periodo de la violencia que se recrudece en las zonas rurales que proclaman “a sangre y fuego” haciendo eco al pronunciamiento de un ministro conservador.

Esta confrontación no tardó en llegar a las ciudades, pues el ejército reprimía con mayor dureza a los sindicatos y las organizaciones obreras que eran respaldadas por los liberales y por la izquierda que se estaba conformando como resultado de la expansión de las ideas de la Unión Soviética.

Durante la República Liberal, el presidente tenía la potestad de nombrar a los funcionarios públicos (alcaldes y gobernadores). A su vez, estos podían nombrar a su equipo de gobierno.
Aprovechando esta ventaja en todos los municipios, incluso aquellos de tradición conservadora, se nombraron alcaldes y funcionarios liberales lo cual facilitó el control del poder político y militar.

Para contrarrestar este poder, se comenzó a pactar un acuerdo de unión entre caciques y gamonales quienes buscaban establecer su autoridad ante la población civil, respaldados por el ejército y la creación de grupos militares al margen de la ley, especialmente en Boyacá, Cundinamarca, Tolima y Huila y especialmente en el norte del Valle.
violencia bipartidista en Colombia

Caracteristicas de la violencia bipartidista en Colombia

La violencia bipartidista se caracterizó por la creación de bandas de hombres armados afiliados a uno de los dos partidos, recibió diversos nombres según la región; por ejemplo en Antioquia se les llamó “bandoleros” o “chusma”, en Tolima y norte del Valle a las cuadrillas se les llamó “pájaros” y “contrachusma”; en el Quindío se les llamo guardias cívicos o “aplanchadores”.

violencia bipartidista en Colombia

 

Con la muerte de Gaitán se dio inicio a la “Violencia”, primero en Bogotá y luego en el resto del país. Los efectos de la violencia se sintieron con mayor fuerza en algunos sectores del territorio colombiano.

Las guerrillas liberales o bandoleros se organizaron en las zonas rurales por quienes huyeron de la persecución después del 9 de abril, principalmente en los departamentos de Antioquia, Cundinamarca, santanderes, Valle, Quindío, Tolima y Llanos Orientales agrupando un ejército de 20.000 hombres.

Para 1948, se extendió al resto del país sin que las costas y el sur del país fueran sus escenarios principales.
En estos territorios eran frecuentes las amenazas, los atentados y los asesinatos de líderes políticos. Durante este periodo, el enfrentamiento de los grupos armados alcanzó niveles extremos de crueldad: torturas, asesinatos, mutilaciones robos y destrucción de propiedades.
Las rivalidades se intensificaron tanto que la venganza se volvió la forma común como la sociedad resolvía los conflictos e impartía justicia.

La situación llegó a tal extremo en algunas zonas, que se necesitó de salvoconductos para garantizar la vida.
Una de las bandas más temibles se desarrolló en Caldas, fue llamada de los “pájaros” liderada por León María Lozano, apodado el “Cóndor” quien mantuvo el control en la zona por mucho tiempo.

Los efectos de la violencia bipartidista en Colombia

Los efectos de la violencia bipartidista se sintieron a lo largo y ancho del territorio colombiano. Una de las principales consecuencias fue a destrucción de edificios oficiales, el saqueo, grandes destrozos a almacenes y fábricas en las ciudades y la consecuente crisis económica que estas medidas generaron. 

 

La muerte de simpatizantes de ambos bandos, más el sinnúmero de heridos producto de los enfrentamientos, se suma a las persecuciones y asesinatos selectivos de líderes populares que redundan en el miedo generalizado en la población civil, la cual empezó a desconfiar hasta del vecino. 

Cualquier comentario podía ocasionar la propia muerte o la muerte de otro; este sentimiento de temor y zozobra se extendió en la población tanto del campo como de la ciudad por muchos años.

En el campo se recrudecieron los enfrentamientos armados y las persecuciones a líderes comunitarios y de partido, el miedo a las masacres se hizo cada vez más fuerte. Surgieron en el escenario de los municipios figuras sanguinarias, encargados de asesinar y acallar al oponente; desafortunadamente, el sicariato se volvió una profesión.

Borrero Olano y Navia Varón fueron los líderes del norte del Valle, mientras que León María Lozano controló la situación en el ámbito urbano.

Otro efecto de la violencia fue el éxodo masivo del campo a la ciudad.

Los gobiernos y la violencia bipartidista en Colombia

Debido a los conflictos armados de la violencia bipartidista, representó para el gobierno una doble preocupación:

  • por un lado, las ciudades no estaban preparadas para recibir a los desplazados, no se contaba con la infraestructura suficiente para atender la demanda;
  • por el otro, el aumento de la población se tradujo en aumento de mano de obra, que competía por el empleo, generando el aumento del desempleo o la economía informal.

Para establecer la paz, los liberales y conservadores acordaron que el General Rojas Pinilla asumiera el poder. Él llegó a la presidencia por medio de un golpe de Estado el 13 de junio de 1953.


3 comentarios en «LA “VIOLENCIA” BIPARTIDISTA»

  1. Quiero aclararle al autor rojotse que la violencia partidista viene desde fines del Siglo XIX , que dio origen a la Guerra de los Mil Días, cuando la “hegemonía conservadora” o “azul” que duró 44 años (1886-1930) dominó todos los cargos de la función pública y que terminó cuando se inició la “hegemonía liberal” o “roja” con el triunfo de Olaya Herrera (1930-1946), con su respectiva “revancha azul” y que todavía vivimos sus consecuencias. También debe corregir el autor que León María Lozano alias “El Cóndor” creador de los famosos “pájaros” no estuvo en Caldas. Era de Tuluá, Valle del Cauca. Por último, aclararle que la toma del poder por Rojas Pinilla, no se ha aclarado si fue Golpe de Estado, Golpe Militar, Cuartelazo o Golpe de Opinión como lo calificó Darío Echandía, pues esto se arregló en almuerzos, banquetes y cocteles en el Restaurante Temel en Bogotá, en Melgar (Tolima) y en el Batallón de Ingenieros Caldas, N° 1 en Puente Aranda de Bogotá, donde no hubo ni un disparo. Por eso estoy de acuerdo con el Dr. Echandía.

    Guillermo Carvajal Molina
    Miembro Lector Academia Colombiana de Historia Militar

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    • Agradezco su aclaración y valioso aporte al análisis histórico de la violencia partidista en Colombia. Su explicación detallada sobre la evolución de las hegemonías conservadora y liberal desde finales del Siglo XIX hasta la Guerra de los Mil Días es esclarecedora y contribuye significativamente a entender las raíces históricas de los conflictos políticos en el país.

      Además, la corrección acerca de la procedencia de León María Lozano, alias “El Cóndor”, quien fue el creador de los famosos “pájaros”, añade precisión a la información histórica, ubicando correctamente su origen en Tuluá, Valle del Cauca.

      Su comentario sobre la toma del poder por Rojas Pinilla y la falta de claridad sobre la categorización de este evento como Golpe de Estado, Golpe Militar, Cuartelazo o Golpe de Opinión, según Darío Echandía, es igualmente interesante. La descripción de cómo se resolvieron estas cuestiones en almuerzos, banquetes y cócteles en diversos lugares, sin disparos, ofrece una perspectiva intrigante sobre los acontecimientos políticos de la época.

      En conjunto, sus observaciones enriquecen la comprensión de los procesos históricos en Colombia y subrayan la complejidad de los eventos políticos. Aprecio su participación activa en el análisis histórico y su acuerdo con el Dr. Echandía.

      Quedo a disposición para cualquier comentario adicional o discusión sobre este fascinante periodo de la historia colombiana.

      Atentamente, Rojotse

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