Historia de Roma
La historia de Roma, inicia con la monarquía tuvo como centro la ciudad de Roma, ubicada en el Lacio, región de la península Itálica regada por el río Tíber. Según la tradición, habría sido fundada a mediados del siglo VIII a.C.
En el transcurso de los siglos los romanos, que desde sus orígenes fueron un pueblo de agricultores, iniciaron un proceso de expansión militar e impusieron su dominio en territorios cada vez más lejanos.
Así, la ciudad de Roma se convirtió en el centro de un enorme imperio en torno al mar Mediterráneo, al que los romanos llamaron, con razón, el mare nostrum(mar nuestro).
En sus dominios plasmaron, entre otras cosas, su idioma, sus formas de organizar la sociedad y de habitar el paisaje.
Rómulo y Remo
Historia de Roma: Los etruscos
El Lacio se localiza en el centro de la península Itálica, en la vertiente occidental de la cordillera de los Apeninos, que la atraviesa de norte a sur. El río Tíber recorre la región de este a oeste, para desembocar en el mar Tirreno.
En la Antigüedad, aunque provocaba inundaciones violentas y periódicas, el río era navegable. Las tierras no inundadas eran aptas para la agricultura, gracias a las capas de cenizas provenientes de la actividad volcánica.
A unos 30 kilómetros de la desembocadura del río Tíber se encuentra la zona de las Siete Colinas, núcleo original de la ciudad de Roma.
En ese tiempo era una encrucijada de caminos, un lugar donde confluían diferentes pueblos del norte y del sur para intercambiar productos y obtener, sobre todo, la sal que se extraía de las salinas ubicadas en la desembocadura del río.
Fue una zona codiciada por su estratégica posición, la cual, en su momento, favoreció la expansión de los romanos y el dominio que ejercieron en la península Itálica.
El hecho de que esta península se encontrara, a su vez, en una posición central en el mar Mediterráneo, constituyó una ventaja en la conquista y organización del Imperio Romano y favoreció el contacto entre Oriente y Occidente.
La llegada de los etruscos
Roma tuvo en sus orígenes una estrecha relación con la civilización etrusca, ya que esta, a través de su dominio, ejerció una enorme influencia cultural en el pueblo romano.
Ese fue el inicio de la larga historia de la civilización romana, durante la cual este pueblo llegó a conformar el más duradero y vasto imperio de la Antigüedad, unificando bajo su dominio la cuenca del mar Mediterráneo.
Para facilitar su estudio, se suele dividir la historia romana en tres etapas de acuerdo al sistema de gobierno de Roma, las que puedes identificar en la siguiente línea de tiempo:
Durante el gobierno de los reyes etruscos, Roma se convirtió en una verdadera ciudad. La influencia cultural etrusca fue muy profunda.
La herencia de los etruscos
Trasmitieron al pueblo romano algunos elementos propios, como el sistema de numeración, la costumbre de interpretar auspicios, el uso de la toga como vestimenta masculina, el arco de la arquitectura y la lucha de gladiadores.
También transmitieron elementos que habían recibido de la influencia griega y que habían adaptado a su cultura, como el alfabeto, la escritura y algunos aspectos de la religión. La cultura del pueblo romano fue, entonces, el resultado de una fusión de elementos latinos y etruscos.
En el siglo VIII a. C., los etruscos establecieron relaciones comerciales con las colonias griegas del sur y, gracias a este intercambio, recibieron influencia de la cultura helénica que se reflejó en su alfabeto y su mitología.
Asimismo, en el año 600 a.C., los etruscos ocuparon Roma e impusieron un sistema de gobierno monárquico. En este, la máxima autoridad fueron los reyes, que tenían el poder político, militar y religioso.
Estaban asesorados por el Senado, formado por los jefes de las familias aristócratas. Además, existía una asamblea popular, conocida como comicios, que elegían al rey.
Durante esta época la ciudad creció, aumentó su población, se construyó una muralla defensiva y se incrementó el comercio. En el año 509 a.C., los romanos expulsaron a los etruscos e instalaron un nuevo sistema de gobierno: la República romana.
Historia de Roma: Reyes de la monarquía
Durante la monarquía romana fue gobernada por siete reyes, pertenecientes a dos dinastías: la latina y la etrusca.
- Pertenecen a la Dinastía Latina, Romulo, Numa Pompilio, Tulio Hostilio y Anco Marcio.
- Pertenecen a la Dinastía Etrusca, Tarquino el Antiguo, Servio Tulio y Tarquino el Soberbio
Historia de Roma: Dinastía Latina
RÓMULO
NUMA POMPILIO
Este rey organizó el culto romano, creo las escuelas sacerdotales y mando construir el templo de Jano, que permanecía abierto en tiempo de guerra y cerrado en tiempo de paz.
TULIO HOSTILLO
Era un rey guerrero. Organizó un imbatible ejercito, con el que destruyo al reino del Alba y convirtió a Roma en la primera potencia del Lacio.
ANCO MARCIO
Conocido como el rey comerciante, fue un gobernante pacífico que hizo de Roma un centro de intercambio comercial. Mando a construir el puerto de Ostia en la desembocadura del río Tiber para incentivar el comercio.
Origen de roma: Dinastía Etrusca
TARQUINO EL ANTIGUO
Este rey consagro un templo a Júpiter, en la cumbre del Capitolio. Mando construir el Foro, la Cloaca Máxima y el Circo Máximo para los juegos populares. Introdujo el arte y la religión etruscos en Roma.
SERVIO TULIO
Mandó construir una muralla que protegería la ciudad. Como reformador social organizo al pueblo, en siete clases sociales, según su fortuna para el pago de impuestos.
TARQUINO EL SOBERBIO
Este rey fue el asesino de su suegro Servio Tulio. Era un tirano entregado a los placeres mundanos por cuya razón se ganó la antipatía del pueblo.
Violó a Lucrecia esposa de un destacado ciudadano, acto que dio lugar a una asamblea popular, en el cual le quitaron el mando.
Como consecuencia de los sucedidos y con la aprobación del ejército, se cambió la forma de gobierno por el sistema republicano.
Historia de Roma: La sociedad
En cuanto a la sociedad de los primeros tiempos, como era habitual en la Antigüedad, existían hombres libres y esclavos. Entre los primeros se distinguían dos grupos claramente diferenciados: los patricios y los plebeyos.
Los patricios
Los patricios eran los miembros de las familias romanas que decían descender de un glorioso antepasado relacionado con los orígenes de la ciudad.
Todos los que descendían del mismo antepasado formaban parte de una gran familia, una especie de clan familiar denominado
El gens.
El nombre de un patricio indicaba la gens a la que pertenecía. A la cabeza de la gens estaba el pater familias, el varón más anciano del grupo y a quien se debía el máximo respeto y obediencia.
Los plebeyos
Los plebeyos eran los no patricios, es decir, quienes no pertenecían a una gens. Podían ser propietarios rurales, artesanos, comerciantes o campesinos, pero no importaba su riqueza u ocupación.
Lo que los definía como plebeyos era su origen familiar que los colocaba en una situación de desventaja frente a los patricios, pues no tenían los mismos derechos que ellos.
Algunos plebeyos adquirían la categoría de clientes cuando se ligaban a una gens colocándose bajo el amparo de un pater familias, a quien debía obediencia y servicios a cambio de su protección.
Los esclavos.
Los prisioneros de guerra y sujetos comprados en los mercados constituían esta clase social, cuyo tratamiento era el de objeto o bestia. Eran la fuerza de trabajo como animales o cosas. A estos se les asignaba las tareas más pesadas.