Cómo iniciar una clase
Cómo iniciar una clase puede parecer una tarea sencilla, pero la forma en que comienza una clase puede tener un impacto significativo en la motivación, el aprendizaje y el compromiso de los estudiantes.
En este post, exploraremos cómo iniciar una clase de manera efectiva utilizando algunas técnicas recomendadas por expertos en educación.
Establece una rutina
Una manera efectiva de como iniciar una clase es establecer una rutina. Esto puede incluir un momento para que los estudiantes se pongan al día con las tareas pendientes, un breve repaso del material anterior o incluso un momento de meditación o reflexión.
Haz preguntas provocadoras
Otra forma efectiva de comenzar una clase es hacer preguntas provocadoras que involucren a los estudiantes. En lugar de simplemente dar una conferencia, puedes hacer preguntas que estimulen la curiosidad y el pensamiento crítico.
Por ejemplo, si estás enseñando una lección sobre la historia de la guerra, puedes preguntar a los estudiantes: “¿Por qué crees que las personas siguen luchando en guerras a pesar de sus consecuencias devastadoras?”.
Usa la tecnología
En la era digital en la que vivimos, la tecnología puede ser una herramienta poderosa para iniciar una clase. Puedes utilizar herramientas de presentación como PowerPoint o Prezi para presentar el material de una manera visualmente atractiva.
Además, puedes utilizar herramientas en línea como Kahoot o Quizlet para hacer preguntas interactivas y hacer que los estudiantes se involucren activamente en el aprendizaje.
Conecta el material con la vida real
Otra forma de hacer que los estudiantes se involucren es conectar el material con su vida real. Si estás enseñando una lección sobre la economía, puedes hacer una analogía entre los conceptos económicos y los gastos diarios de los estudiantes.
De esta manera, los estudiantes pueden comprender mejor la importancia del tema y sentir que es relevante para ellos.
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Usa el humor
Finalmente, una forma efectiva de iniciar una clase es con el humor. Los estudios han demostrado que el humor puede mejorar la memoria y la atención de los estudiantes.
Puedes contar una broma, hacer un chiste sobre el tema que estás enseñando o simplemente ser divertido y amigable. Esto puede ayudar a establecer un ambiente positivo y colaborativo en el aula.