Diseño de preguntas de opción múltiple
Una pregunta de opción múltiple es un ítem que se construye sobre la base de un enunciado, unas opciones que resuelven, en cierta medida, la tarea cognitiva planteada en el enunciado y una clave o alternativa correcta.
Esta última es la opción que resuelve, de manera definitiva, la tarea solicitada. El número de opciones de este tipo de ítem varía entre tres y cinco.
En relación con esto último, cabe destacar que no existe consenso sobre cuál es el número de opciones más adecuado.
Más sin embargo, se propone generar una relación inversamente proporcional entre el número de ítems de una prueba y el número de opciones que contiene cada pregunta de opción múltiple.
Por lo tanto, a más ítems ensamblados, menor número de opciones por ítem (tres) y a menos ítems ensamblados, mayor número de opciones por ítem (cuatro o cinco) (Rodríguez et al., 2006, p. 116).
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Objetivos de la pregunta de opción múltiple
El objetivo de la pregunta de opción múltiple es que el estudiante seleccione aquella opción que permite resolver el problema planteado o complete adecuadamente el sentido del enunciado.
Entre las ventajas de este tipo de ítems se encuentran: la rapidez para corregirlos, la objetividad de la respuesta correcta y su capacidad para medir habilidades básicas y superiores.
Estructura de preguntas de opción múltiple
La estructura básica de este tipo de ítem es la siguiente:
Estructura básica de una pregunta de opción múltiple con respuesta única
También existe la posibilidad de agregar a la estructura básica de este tipo de ítem, un estímulo antes del enunciado. Este deberá integrarse al ítem solo si este es necesario para su resolución.
Un estímulo puede ser lingüístico (un texto o un fragmento de un texto –literario o no literario–) o visual (una imagen, un mapa, un esquema, una infografía o un gráfico, entre otros).
Pasos para elaborar preguntas de opción múltiple
Para una adecuada construcción de pregunta de opción múltiple con respuesta única, se recomienda seguir los siguientes criterios:
- el enunciado es una proposición que debe tener sentido completo y debe bastar por sí solo para la resolución del ítem. La tarea cognitiva planteada debe ser resuelta gracias a la información contenida en las opciones del ítem. Este puede ser abierto o cerrado, dependiendo de si es una oración independiente o no.
- El enunciado abierto es una afirmación o proposición incompleta, por tanto, cada opción se presenta como una posibilidad para completarlo. En este caso, las opciones se escriben con minúscula inicial y punto final.
- El enunciado cerrado corresponde a una afirmación o proposición que tiene sentido completo en sí misma. El enunciado va entre signos de interrogación y cada opción se escribe con mayúscula inicial y punto final.
- evitar la inclusión de proposiciones negativas en el enunciado, ya que son poco claras al momento de resolverlas. Los estudiantes se centran más en descifrar el sentido inverso de las ideas expuestas que en comprender el contenido o el saber aludido por el ítem. Algunas de las expresiones que se deben evitar: no, nunca, excepto, falso, incorrecto y ninguna;
- la respuesta correcta debe ser solo una y debe resolver completamente el problema planteado;
- todas las opciones deben ser homogéneas entre sí, de modo que la clave no se destaque por algún aspecto. La homogeneidad implica:
- formular proposiciones de similar extensión, evitando el uso de oraciones o proposiciones muy breves frente a otras muy largas.
- formular proposiciones de similar complejidad, evitando el uso de opciones o enunciados que posean densidad informativa y estructuras gramaticales disímiles.
- formular proposiciones referidas al mismo ámbito conceptual o disciplinar.
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Lo que no debes hacer al elaborar este tipo de preguntas
En consideración de este criterio, se resguarda la construcción de distractores o atractores que sean plausibles, es decir, creíbles o admisibles.
Por consiguiente, cuando el estudiante responde de modo correcto el ítem, lo hace porque ha aprendido y no porque ha encontrado pistas en la formulación del ítem.
- los distractores o atractores no deben ser parcialmente correctos;
- evitar el uso de las siguientes expresiones en las opciones o distractores: todas las anteriores, ninguna de las anteriores, en ningún caso. Su uso produce que la pregunta pierda su carácter de ítem cerrado, ya que cualquier idea distinta que tenga el estudiante sobre lo preguntado, cabe en este tipo de opción. La idea de la selección múltiple con respuesta única es que el estudiante elija una sola opción o proposición que tiene un contenido declarado y conocido y sobre el cual es posible discutir; y
- evitar la repetición de palabras que aparezcan en el enunciado en los distractores o en la clave del ítem, pues los estudiantes que responden tienden a elegir la opción en donde aparece la palabra repetida.
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Variantes de este tipo de preguntas
Las variantes de preguntas de opción múltiple con respuesta única son:
Disyunción simple: consiste en un enunciado y cuatro o cinco opciones distintas, sin que se combinen entre sí. Un ejemplo es el ítem de selección múltiple con estímulo lingüístico. Este tipo de ítem es uno de los más recomendados.
Doble disyunción o respuestas combinadas: consiste en un tipo de ítem donde el estudiante elige más de una proposición para resolver el enunciado
Suficiencia de datos: no se solicita al estudiante que dé la solución al problema, sino que decida sobre qué información es necesaria para resolverlo. Para ello, el estudiante debe elegir entre varias proposiciones que aportan datos.
Referencias
HERRERA, A. (2003). Algunas consideraciones técnicas sobre la construcción de ítems de pruebas objetivas según la clasificación de objetivos educativos de Bloom. Universidad Nacional de Colombia, Facultad de Ciencias Humanas.
LUKAS, J.F. y K. Santiago. (2009) “Historia de la evaluación educativa” y “Concepto, componentes y fases de la evaluación”. Capítulos 2 y 3 de: Evaluación educativa. Madrid: Alianza.
MATEO, J. (2006). La evaluación educativa, su práctica y otras metáforas. Alfaomega
RODRÍGUEZ, T., ÁLVAREZ, L., GONZÁLEZ-CASTRO, P. Y MUÑIZ, J. (2006). La evaluación de aprendizajes. CCS.