LOS VIKINGOS
La historiografía tradicional y la cultura popular, influidas por las fuentes clásicas y las leyendas románticas respectivamente, han dado en numerosas ocasiones una visión parcial y deshumanizada de los vikingos.
Los hombres del norte se han visto reducidos a guerreros brutales y casi invencibles, lo que supone la simplificación de un fenómeno de relevancia internacional que tuvo un peso incuestionable en la construcción de Europa.
Ciertamente, los vikingos no eran un ejemplo de pacifismo, pero fueron mucho más que guerreros. Saqueadores, marineros, colonizadores, granjeros, pescadores, cazadores o aventureros, los escandinavos erigieron una civilización tan digna de estudio como cualquier otra.
En primer lugar, el propio término vikingo está sujeto a controversia. La palabra vikingo se usa para referirse a los escandinavos que actuaban en Occidente, mientras que el concepto varego se reserva para los que actuaban en Rusia o Asia.
Según Manuel Espinar, el nombre vikingo deriva de vik (bahía) y vendría a definir al hombre de la bahía que se convierte en pirata.
Víctor Álvarez piensa que la etimología del nombre puede tener varios significados, como por ejemplo hombre del puerto o guerrero (Álvarez 2013: 55). Igualmente, podría hacer alusión a los norteños que vivían de la pesca y la agricultura.
Personalmente, emplearé el término vikingo de un modo genérico, aunque recurriré al vocablo varego para referirme a los escandinavos que llevaron a cabo sus actividades en la Ruta del Este.
Este tema requiere un tratamiento pormenorizado, pero estas breves pinceladas etimológicas pueden servir para dar una idea del carácter polifacético de los vikingos.
El año 793 representa una fecha cómoda para situar el inicio de la Era Vikinga, un periodo de dos siglos y medio cuya cronología suele estimarse entre el año 800 y el año 1050.
El fenómeno vikingo debe ser entendido como la eclosión de una serie de precedentes que tienen como detonante el ataque al monasterio de Lindisfarne.
Después de todo, los vikingos no aparecieron de la nada. Su historia se entronca con las invasiones germánicas del siglo V, y el posterior periodo de calma y aislamiento que vivió Escandinavia entre los siglos VI y VIII, momento en el que logran recuperarse demográficamente y establecen una cultura aristocrática conocida como civilización de Vendel.
Los hombres del norte, que se unieron en pequeños grupos independientes, liderados por un jefe local, y que embarcaron en sus magníficas naves para dirigirse a otros lugares, tenían un objetivo común: la obtención de tierras y riquezas.
La balanza de pesar la plata picada en una mano, la espada de doble filo en la otra, el vikingo, según las circunstancias, negocia o saquea, roba, incendia, regatea, cambia o captura
Sin embargo, si algo define a los vikingos es su sorprendente capacidad de asimilación en todos los contextos, desde el militar hasta el cultural.
Esta es una de las razones que dificultan el estudio de los pueblos del norte, puesto que resulta muy laborioso separar lo puramente escandinavo de lo céltico, germánico, eslavo o bizantino.
De hecho, los vikingos llegaron a integrarse tanto en las sociedades de recepción que acabaron formando parte indistinguible de las mismas.
Régis Boyer establece cuatro fases sucesivas que caracterizan el movimiento vikingo.
La primera fase (800-850) consiste en la sucesión de pequeños golpes de mano contra objetivos vulnerables y ricos (monasterios, abadías, ciudades abiertas…).
- Durante la segunda (850-900), los vikingos coordinan mejor sus expediciones y aterrorizan a las poblaciones más débiles, obligándolas a negociar en inferioridad de condiciones. Contra las naciones bien organizadas como al-Andalus o Inglaterra mantuvieron un lance menos favorable.
- La tercera fase (900-980) representa el momento de las instalaciones y las colonizaciones (Boyer 2000: 26). Por un lado, colonizan tierras prácticamente deshabitadas como Islandia o Groenlandia. Por otro, ya cuentan con suficientes tropas para instalarse por la fuerza en lugares como Inglaterra, donde llegan a controlar una zona denominada Danelaw.
- Por último, la cuarta fase (980-1050) atañe únicamente a los daneses y a los suecos. Los primeros logran imponerse en Gran Bretaña y Escandinavia durante un breve periodo de tiempo, mientras que los segundos realizan expediciones hacia la lejana Asia sin aparentes resultados.
El mundo de los vikingos estuvo caracterizado por las incursiones, el comercio y la colonización.
Su esfera de actividad se extendió mucho más allá de sus tierras de origen en Escandinavia y las tierras costeras del mar Báltico; alcanzaron no sólo el extremo norte de Europa sino también sus límites occidentales, meridionales y orientales (Hall 2008: 7).
Durante dos siglos y medio, los hombres del norte llevaron a cabo una expansión que cambiaría para siempre su sociedad y afectaría a las relaciones políticas, sociales y económicas de buena parte del planeta.
Los varegos fueron actores indispensables de esta expansión, como demuestran las redes comerciales que establecieron con Bizancio, Rusia o los países árabes.
Cabe destacar el comercio de Kiev, que se convirtió en un punto de conexión mercantil entre el mundo escandinavo y Oriente.
Los vikingos fueron también guerreros eficientes, aunque para nada imbatibles. No eran mejores que sus contemporáneos en el campo de batalla y acumularon tantas victorias como derrotas.
Estaban especializados en las incursiones rápidas contra zonas vulnerables y solían evitar el choque contra otros ejércitos mejor organizados.
La exigencia de tributos a las atemorizadas poblaciones se convirtió en su mejor baza para obtener riquezas sin necesidad de combatir. Desde mi punto de vista, los vikingos destacaron en el campo bélico por dos motivos.
- El primero se corresponde con su dominio de la guerra psicológica, haciendo del terror su arma más eficaz.
- El segundo tiene que ver con su capacidad de asimilación, pues supieron implementar las estrategias de sus rivales europeos a su tradición castrense.
Ahora que hemos desmitificado la imagen del luchador invicto y hemos indagado en otras facetas de los vikingos, conviene hacer una distinción entre los daneses, los noruegos y los suecos.
Los islandeses acabarían formando su propia república, pero no los incluiremos en este análisis comparativo.
Los daneses estaban mejor organizados que sus compatriotas.
Trabajaban en pequeños grupos unidos bajo el mandato de un jefe. Su dios predilecto era Odín, deidad de la astucia, del engaño y de la victoria obtenida estratégicamente.
Abandonan pronto las acciones piráticas y se centran en la obtención de parcelas con la intención de trabajarlas como campesinos.
Actuaban como soldados cuando era necesario, pero casi siempre recurrían al Danegeld, es decir, al tributo impuesto a una población. Dejaron una profunda huella en el este de Inglaterra y en el litoral normando.
Los noruegos destacaban por su espíritu aventurero.
Estaban unidos por lazos familiares y representados por el konnungr. Su dios preferido era Thor, deidad brutal, bondadosa y compasiva.
Organizados en pequeños grupos, se dedicaron al pillaje, pero con intención de instalarse en las nuevas tierras manteniendo un modo de vida semejante al que llevaban en Noruega.
Conforman pequeños Estados que dan como resultado interesantes sociedades mixtas. Serán los noruegos quienes desembarquen en Islandia en el año 860 y acaben constituyendo una nueva república.
Los suecos dedicaron la mayor parte de sus esfuerzos al comercio y fueron los escandinavos más pacíficos.
La mayoría eran varegos. Su dios favorito era Freyr, deidad que encarna la fecundidad y la fertilidad.
Trabajaron como soldados profesionales para los eslavos y acabaron haciéndose con algunas de sus ciudades, instaurando monarquías familiares de carácter hereditario.
De este modo, los varegos, también llamados rus, pasan a formar parte de la historia fundacional de Rusia. A pesar de las desemejanzas, existen unos patrones comunes que unen a todos los escandinavos.
La importancia de la familia, la organización en land, el uso de una lengua común y el hecho de compartir una misma cultura son factores que revelan la uniformidad de los países nórdicos.
Es necesario aclarar que Finlandia queda fuera de esta unidad, no existieron vikingos finlandeses.
En el año 1066 Harald Hadraada de Noruega murió en la batalla de Stamford Bridge (Yorkshire) a manos de los ingleses. Los historiadores han recurrido a este suceso para poner punto y final a la Era Vikinga.
Tras 250 años, los vikingos ya formaban parte de las sociedades en las que se habían ido instalando. Los escandinavos establecidos en Normandía eran ahora normandos y habían asumido las costumbres francesas.
Del mismo modo, los vikingos asentados en Rusia habían asumido el carácter eslavo.
Islandia mantuvo su independencia durante mucho tiempo, pero acabó siendo sometida por los noruegos en el siglo XIII.
El mundo había cambiado y los vikingos se habían adaptado a los cambios hasta desaparecer, no sin antes jugar su papel en la construcción de la Europa que comenzaba a despuntar.
Bibliografía
Álvarez, Víctor. Los vikingos: Crónica de una aventura. Madrid: Silex, 2013.
Boyer, Régis. La vida cotidiana de los vikingos (800-1050). Barcelona: El barquero, 2000
Hall, Richard. El mundo de los vikingos. Madrid: Akal, 2008