EL POPULISMO EN AMÉRICA LATINA.
Entre los años 20 y 40 del siglo XX, vieron surgir en América Latina nuevas formas de hacer gobierno, alejadas del sistema de partidos tradicional.
El populismo se caracterizó por un líder carismático o caudillo capaz de atraer a las masas con la promesa de satisfacer de manera inmediata las necesidades del pueblo.
De esta forma, el caudillo les ofrece una participación activa en la toma de decisiones, de manera de acabar con la exclusión de los grupos más populares.
Características del populismo en américa latina
Para entender conceptualmente los movimientos populistas, los cuales se han presentado con rasgos distintos en los países de América Latina, es necesario establecer las características comunes que presentan:
En términos ideológicos, el populismo se definió como anti oligárquico y anti imperialista. Los elementos propios de la democracia liberal elecciones periódicas, libertad de prensa y fomento de los derechos individuales cívicos fueron restringidos.
También es recurrente la presencia de un líder carismático, de gran capacidad retórica. En este sentido, la ideología del movimiento era definida por el líder.
Los tres grandes representantes del populismo latinoamericano: el “varguismo” (Getulio Vargas, Brasil), el “cardenismo” (Lázaro Cárdenas, México) y el “peronismo” (Juan Domingo Perón, Argentina).
En términos sociales, el populismo tuvo un apoyo transversal, entre sectores de distinta clases sociales, obreros organizados, pequeños y medianos empresarios, empleados públicos, y, en menor grado, profesionales, en la medida que estos últimos se encontraban más cerca de las propuestas tradicionales de los partidos políticos.
En materia económica, el populismo se identificó con el impulso al proceso de industrialización, las estrategias desarrollistas, y el bienestar social de las mayorías nacionales. Desde esa perspectiva, el Estado jugó un rol clave en la economía.
El populismo debió enfrentar la fuerte oposición de la oligarquía latifundista y mercantil y de los partidos políticos tradicionales, tanto de derecha como de izquierda.
Tipos de populismo en américa latina
Un tipo de populismo derivaría de una revolución armada, como la mexicana (1911) y la cubana (1957). Otro tipo de regímenes se dieron por elecciones democráticas como el caso del Frente Popular en Chile (1939) y el régimen peronista en Argentina en 1946.
También es posible distinguir a aquellos que accedieron al poder mediante un golpe de estado como Juan Velasco Alvarado en Perú (1968) y el régimen brasileño de Getulio Vargas desde 1930.
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El Populismo en Brasil
Puede comprenderse principalmente como efecto de la crisis económica y política de los años treinta. La elección presidencial de 1930 donde el candidato de la Alianza Liberal, Getulio Vargas, fue derrotado.
Una parte del ejército llevó a cabo un golpe el 3 de octubre de 1930 y más tarde Getulio Vargas recibió el poder de manos de una junta provisional. Vargas suspendió la constitución, clausuró el congreso e intervino el poder judicial; calmado el país, pudo adoptar disposiciones populistas.
El Estado intervino en la economía para contener los efectos de la Gran Depresión. Se implementaron medidas de carácter proteccionista para la defensa de la industria nacional.
La política social también recibió un gran impulso del gobierno con la creación del Ministerio del Trabajo, la dictación de leyes sociales y una importante reforma educacional.
En 1937 Brasil inicia una nueva etapa conocida como “Estado Novo”, que organizaba un estado autoritario y corporativista. Esta dictadura perduró hasta 1945.
El Populismo en Argentina
Desde 1930 hasta 1943 Argentina vivió una etapa de restauración conservadora luego de los avances políticos y sociales logrados durante los gobiernos radicales.
Sin embargo, sucesivas intervenciones militares terminaron con el experimento conservador y dieron paso a experimentos de tipo populista.
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En las elecciones de 1946, Juan Domingo Perón fue electo presidente, y a pesar de contar con una mayoría en el congreso, su gobierno fue derivando progresivamente hacia actitudes cada vez más antidemocráticas y, ya a comienzos de su segundo período (1952), su lucha con la oposición terminó por deslegitimarlo.
La obra de Perón fue muy grande, su lema de “pleno empleo” le hizo dictar una serie de reformas sociales que mejoraron las condiciones de vida y poder adquisitivo de la clase obrera.
Por otro lado, el gobierno peronista enfocó la política económica hacia el mercado interno y la aceleración de la sustitución de importaciones.
Perón proclamó el 9 de Julio de 1947 la “independencia económica” del país al nacionalizar los ferrocarriles, los teléfonos y gas (el dueño es el estado).
Aunque en las elecciones de 1952, Perón obtuvo nuevamente la presidencia de la República, pero este gobierno duraría un poco de más de tres años.
La caída de Perón se debió principalmente a motivos económicos: bajo crecimiento y creciente inflación.
El populismo en Chile
La crisis social y económica del país a inicios de la década de 1950 favoreció el resurgimiento del discurso populista de Ibáñez, quien alcanzo la presidencia por segunda vez en 1952, sin el apoyo de los partidos políticos tradicionales, entre estos estaban los conservadores, populistas y nazistas.
El amplio y transversal apoyo que recibió fue un llamado de atención de la ciudadanía, que de este modo denuncio la incompetencia de los partidos políticos para resolver los sociales.
Así, se impuso con los votos una alternativa personalista y autoritaria, que prometía ordenar el país y dar soluciones concretas a los problemas de la gente. Carlos Ibáñez, “el general de la esperanza”, llego a la moneda con un discurso que atacaba a los partidos políticos.
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p style=”text-align: justify;”>Según su opinión, estos eran innecesarios para el país, que solo requería ciudadanos comprometidos con el patriotismo y la justicia social. No obstante, sus rasgos autoritarios y fracasos económicos le hicieron terminar su gobierno casi sin apoyo.